''Denn die Todten reiten schnell''

lunes, 3 de enero de 2011

Vampiro


Entonces, el color escarlata empapo mi visión. Escuchaba el gimoteo de una criatura, pero no lo tome en cuenta. Sentía el sabor de la sangre calmar mi garganta; eso era lo único que importaba. La sangre me saciaba a cada paso, hasta que la criatura que sostenía en brazos, que llevaba puesto un delicado vestido de seda blanco y los rizos azabaches me cosquilleaban las mejillas, se quedo inmóvil y sus venas se vaciaron del precioso líquido. La solté con brusquedad y me quede absorto en la cara simétrica que había a mis pies: una cara tan pálida como la cal, pelo hasta la definida cintura, labios carnosos, ojos azules, ahora apagados por la llamada de la irreversible muerte. Pero eso no me impresionaba. ¡Oh pobre de mí y de mi amada! ¡Oh pobre de nosotros, de nuestro destino frío y cruel! ¿¡Que será de mí ahora!? Ya no hay razón por la que vivir, ya que mi sed me ha arrebatado lo único que tenía y lo único que ha valido la pena conseguir... ¡Oh pobre de mí! ¡¿Por qué a mí, Dios?!
Finis

APARTE:
¡Feliz cumpleaños madre mía!

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